Jamás pensé que me iba a pasar, hasta que me paso. Pensaba que eras fuerte como una roca, inamovible intocable por la vida. Pero no era así, eras de carne y hueso como yo y como el resto de los seres humanos.
A pesar de que no seas ni una roca, ni inamovible y mucho menos intocable por la vida me demostraste hasta tu ultimo respiro que luchar contra la vida es fundamental, que esa lucha constante y sin descanso te hace ser una roca, inamovible e intocable.
Me dejaste como estandarte de vida pelearla pese a cualquier circunstancia, remarla contra viento y marea. Y ser buena persona ante todo. Ese es mi lema, mi bandera de ahora en adelante.
Creo que es la mejor enseñanza que me pudiste dejar, el mejor regalo que me pudiste hacer. Y te agradezco enormemente por eso, aunque no voy a negarte lo aprendí de una no me diste chances de ir más despacio así de sopeton, pero supongo que lo aprendí bien y se fijo en mi persona para siempre.
Gracias porque a pesar de que la vida me saco una mitad de mi, aprendí demasiadas cosas. Gracias te amo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario